22 Sep ¿Por qué evitamos pedir cita en el dentista? El papel del miedo y la pereza en el deterioro de la salud dental
Aunque sabemos que cuidar de nuestra salud es una tarea importante, con frecuencia podemos descuidarla casi sin darnos cuenta.
En el terreno del cuidado bucodental, es habitual encontrar pacientes que atrasan su visita al dentista, y sus pequeños problemas iniciales se acaban convirtiendo en asuntos más graves. ¿Cuántas veces has pensado “mañana llamo” y ese “mañana” se convierte en meses (o incluso años)? No eres el único.
Pero ¿por qué sucede esto? Desde la psicología sabemos que no se debe únicamente a una falta de tiempo o recursos, sino que hay dos emociones clave implicadas en ello: el miedo y la pereza, lo que en psicología llamamos procrastinación.
El miedo
El miedo al dentista es un fenómeno conocido por todos. Este miedo puede venir de:
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- Recordar experiencias desagradables de visitas anteriores al dentista
- Lo que cuentan otras personas de nuestro entorno sobre sus procedimientos bucodentales
- Anticipar que la intervención será dolorosa, aun sin saberlo y cuando en la mayoría de las ocasiones no lo es
- Pensar en la posibilidad de recibir una mala noticia
Estos factores pueden provocar que evitemos pedir cita, tratando de huir de ellos. Sin embargo, por cada día que posponemos la visita, el problema empeora y el tratamiento se complica. Una caries sencilla que hoy se soluciona en minutos, mañana puede convertirse en una endodoncia o incluso en la pérdida de una pieza.
Además, ocurre un efecto de “profecía autocumplida”: retrasamos el momento de ir al dentista por miedo a que sea doloroso. Pero, cuanto más esperamos, peor es el problema, por lo que el tratamiento será más complicado. Y, cuando finalmente nos decidamos a ir, nos encontraremos con una visita más desagradable y molesta de lo que podría haber sido.
La procrastinación
En psicología sabemos que cualquier comportamiento tiene un coste de respuesta (el esfuerzo que nos supone). En ese caso, el coste de respuesta de visitar el dentista pasa por: llamar, buscar un hueco en la agenda, el gasto económico, el tiempo…. Todas estas pequeñas tareas pueden percibirse como desagradables.
Además, estamos diseñados para tomar decisiones según la balanza esfuerzo-recompensa: preferimos la gratificación inmediata, aunque eso suponga un problema a largo plazo.
¿Qué ocurre entonces? Se hace más probable que pospongamos el momento de llamar para obtener esa recompensa instantánea (seguir con nuestras tareas, descansar, evitar pensar en algo desagradable, evitar el esfuerzo…).
Así es como empezamos a procrastinar: “Lo hago mañana”, “Cuando tenga más tiempo”, “Cuando me duela más”. Si nos mantenemos en este patrón, llegará un momento en el que el mero hecho de pensar en pedir cita se convierta en algo desagradable.
De nuevo, esta procrastinación repercute en nuestra salud dental, puesto que atrasan una simple revisión o un procedimiento sencillo, derivando en problemas y enfermedades bucodentales más serias.
¿Cómo le ponemos remedio?
Como hemos visto, el miedo y la procrastinación pueden estar empeorando tu salud física y mental. El resultado de esta combinación es claro: caries que se agravan, enfermedades periodontales no tratadas, pérdida de piezas dentales, procedimientos dolorosos, y un mayor coste económico y emocional cuando, finalmente, se acude a consulta.
La buena noticia es que este patrón se puede modificar con pequeñas acciones:
- Empieza con algo sencillo: acudir para una revisión rutinaria puede ayudarte a perder el miedo y comprobar que los procedimientos no son tan desagradables.
- No esperes a encontrarte muy mal para pedir ayuda: así, el problema no será tan grave y, en consecuencia, el tratamiento será más fácil y menos molesto.
- Llama tan pronto como lo recuerdes: no dejes espacio para el bucle de procrastinación.
Da el primer paso hoy
El mayor coste del miedo y la procrastinación no está en la factura del dentista: está en la calidad de vida que puedes perder. Entender que estas emociones guían tu comportamiento es el primer paso para cambiarlo
En Fuentes Dental conocen muy bien estas situaciones, y puedo dar fe como paciente, que ponen mucha atención en reducir el miedo y la ansiedad que produce la visita al dentista. Sus explicaciones, asesoramiento y seguimiento te hacen sentir seguro.
*La Dra Elena Periago es paciente y colaboradora de Fuentes Dental.
Autora:
Elena Periago
Psicóloga General Sanitaria
NºCOL AO14180
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