A veces tenemos todo lo que necesitamos y nos habituamos a que todo funcione. Pero la salud tiene un equilibrio frágil y, si no nos cuidamos, podemos a empezar a sufrir achaques poco a poco.
La boca no es una excepción. Debemos hacer un esfuerzo constante por mantener la salud de nuestros dientes y encías para no llevarnos la desagradable sorpresa de que empezar a notar dolores, molestias o pérdida de piezas que podríamos evitar.
Para evitar esto, es necesario ser conscientes de las necesidades reales que tiene nuestra boca y cómo debemos cuidarla en nuestro caso en particular.